Erik Boijsen

Radiólogo de la escuela sueca (1922-2017), discípulo de Olle Olsson, líder en el desarrollo de la angiografía y la radiología intervencionista, fue el introductor de la farmacoangiografía en el tórax y abdomen.

Nacido en una granja cerca de Lund, se graduó en la universidad de esta ciudad en 1949, presentando su trabajo de fin de grado sobre la anatomía vascular de los riñones.

Profesor visitante en la Universidad de Stanford, California, en 1962, trabajó con el profesor Herbert L. Abrams, uno de los radiólogos vasculares de mayor prestigio en Estados Unidos.

Alcanzó el rango de profesor y chairman del Departamento de Radiología de la Universidad de Malmoe en 1970, trasladándose ulteriormente, con ese mismo cargo, a la Universidad de Lund, creando en ambas instituciones una adecuada atmósfera intelectual que posibilitó el desarrollo de dos grandes departamentos de radiología.

Fuerza conductora en el desarrollo de la angiografía y la radiología intervencionista de la época, pionero e introductor de nuevos procedimientos, tomaba parte, aun siendo chairman, en las tareas asistenciales diarias, personalizando los diagnósticos más sofisticados y difíciles. Siempre tenía respuesta a las preguntas formuladas por los colegas más jóvenes, creando una metódica de trabajo en la que se entremezclaba la rutina clínica y asistencial junto a la innovación y la investigación.

Educador visionario, en todas y cada una de las siete universidades de Suecia hay un profesor formado bajo su tutela. Su mayor legado es la generación de profesionales que aprendieron de él, muchos de ellos procedentes de distintas partes del mundo, a los que “adoptaba” en sus inicios ayudándolos ulteriormente en el desarrollo de su carrera. Fue un radiólogo emblemático que inspiraba y estimulaba a todo aquel que entraba en contacto con él.

Durante 10 años fue editor jefe de Acta Radiológica; miembro honorario de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA), fue galardonado con la medalla de oro del Congreso Europeo de Radiología. Fue también miembro honorario de la Seldinger Society así como de la Sociedad Sueca de Radiología y de la Sociedad Nórdica de Radiología Médica. Es autor de más de 150 artículos científicos en los diversos campos de la radiología diagnóstica.

Aficionado a la historia y la música clásica, se relajaba trabajando en su casa de campo y construyendo allí las tradicionales y típicas cercas de piedra propias de esa región, amante de la naturaleza gustaba de dar largas caminatas en los entornos montañosos de la zona.

Genuino representante de la escuela radiológica sueca, que marcó una de las páginas más brillantes en la historia de esta especialidad, es recordado como persona amigable y sencilla, de gran empuje, digno sucesor de los maestros que le precedieron.